Desde la ventana del tren
Este es el pasaje, doy fe. Saliendo de Retiro y llegando a Rosario Norte. Estuvo esperando metido dentro de un libro hasta que -mágica serendipia- yo estuviera listo para iniciar este viaje. Por eso esta lista de reproducción termina con la Rapsodia Bohemia de los Queen.
El video que está en puerta es un tributo a Iron Maiden... No es que me haya vuelto metálico. Nada de eso. En estos días retiré del transparente de la Sala de Profesores de mi escuela un texto en el que que había compaginado la noticia que Clarín publicó el 21 de octubre del año pasado sobre estos chicos: Tres hermanitos salteños hacen furor en Internet con un video de rock. Lo colgaron en el sitio YouTube y ya lo visitaron más de un millón de personas. Yo agregué un texto explicando qué era el sitio y reflexionando sobre la idea que tenemos de lo que no se puede: Estos chicos no tienen ni siquiera instrumentos propios, no leen música y viven en condiciones de extrema humildad, pero aman lo que hacen... Alguien les contó que podían darse a conocer igual, aunque no tuvieran materialmente lo que exige la sociedad de consumo para hacerlo. Una muestra de que los límites suelen estar más cómodos adentro de uno que afuera...
El tiempo ha pasado para todos. La escuela no ha cambiado. Sin embargo, cuando fui a buscar en la Web información sobre los chicos, me encontré con un blog desbordante de información que testimonia una actividad rica en producción de cosas con lo que hacen: fotos con gente del mundo del espectáculo, en los backstage de los programa musicales de radio y TV, en recitales, enlaces a los medios que en estos meses han publicado información sobre ellos en muchas partes del mundo... Y pensé: el tren sigue su marcha. Algunas personas lo ven venir y tratan de subirse. Otros dicen no puedo, no es para mí. Hay otros que ni siquiera saben que el tren, como la nave de Fellini, va. Quizás esta sea una buena manera de mirar a la gente: ¿qué haces?, ¿en qué piensas?, ¿qué cosas te mantienen despierto?, ¿con qué sueñas?, ¿dónde te ves en los próximos dos años?...
Desde la ventana del tren el paisaje es una película que parece cambiar de tema porque si. Transcurre como un tiempo errático que navega océanos de asociaciones. La película del Cirque du Soleil muestra otra faceta de la vida: lo bello, protagonizado por niñas, puede ser construido con imaginación, trabajo, buen gusto, trabajo, sensibilidad, trabajo, disciplina, trabajo, trabajo y trabajo... Una buena metáfora para enseñar en las aulas...
Ninguna otra herramienta podría permitirnos documentar como ésta, en un poco más de un minuto, la frescura de una escena que nos lleva de vuelta a lo que alguna vez fuimos todos: seres voraces, enfocados en ver a la madre como una teta... en la posición en que se encuentre...
Y crecer después, y aprender a volar con un Globo Rojo que se obstina con escapar de nuestras manos...
Una barrera. En esta no para. Un carro con dos caballos. La biblioteca... ¡Cuántas veces el humor sirve -viejo y querido Sigmund- para decir más eficazmente lo que no podemos discursear con palabras...! Por otra parte -docente uno, al fin de cuentas- qué buena manera de hacer música rítmica con sonidos del medio ambiente... Un repositorio de películas es un lugar de donde corremos el riesgo de no salir nunca!...
Aquí hay lugar para la memoria colectiva, para buscar señales de los dolores que todavía nos enmudecen... como el que desata este inexplicable personaje que es Firmenich, o la sinfonía de luces y música que trajo Queen cuando vino a la Argentina en el 81...
Hacía tres años que vivía en Buenos Aires. Aquel día me tomé el tren El Rosarino por la mañana y fui a llevar a Cecilia, la hija menor de mi compañera de entonces, a casa de sus abuelos de Rosario. Y me volví a la tarde. Esa noche tocaba Queen en el estadio de Velez...
4 comentarios:
Leyendo tu post, recordé una escena de fascinación de hace unos sábados: un pibe macanudo que va al Club de Jóvenes en Lugano los sábados toca muy bien la batería. Cuando le preguntó desde cuándo estudia, me explica cómo lo hace mirando videos de youtube, imitando a gente que sube sus solos. WOW. Como paisaje desde la ventana del tren... pasó. Sonrisas.
Sábado pasado. Con otro pibe conversamos sobre modos de elongar los músculos (consejos para otra profesora endurecida, que no era yo esa vez), me pregunta si practico artes marciales porque me había visto estirando, blablabla, él también y me enumera todo lo que aprendió de diferentes artes marciales estudiando (lo digo así, porque no cabe palabra más precisa, me parece) de videos de youtube. ¿Cuántos pájaros en la mano hacen una bandada?
U-u-uuuuuuu
quetrén- quetrén... quetrén-quetrén...
Recuerdo cuando las computadoras se incorporaron a la venta de pasajes. El pasaje que escaneaste reemplazó a los de cartón. Debe haber sido en el ’81. Hacía poco que vivía en Buenos Aires y viajaba con frecuencia a San Nicolás. La venta por computadoras se hizo TAN LENTA que 10 o 15’ antes de que saliera el tren volvían a despachar los boletos de cartón que era mucho más rápido. Con el tiempo se normalizó, seguramente no habían capacitado a los empleados y tuvieron que aprender frente a los usuarios haciendo cola. Usuarios temerosos en esa época.
Pasaron 28 años, ¿cuánto tiempo es eso? Entre la venta lenta de esos pasajes y la imagen escaneada más allá del tiempo y del espacio, ¿cuánto tiempo hay?
Gabriela
Verónica,qué lindo lo que contás!. Es creer o reventar: el espacio educativo se expande... A pesar de todos y de todo. Y creo que no hemos visto lo mejor todavía... Ojalá podamos intervenir para potenciarlo mucho más, en lugar de entorpecerlo. Cuando digo eso me acuerdo de la frase de Alejandro Piscitelli (que no cayó bien casi en ningún lugar) de que el proyecto OLPC (una computadora por niño) venía para hacer estallar el aula del cuaderno y el lápiz...
U-u-uuuuuuu
quetal - quetal... quetal - quetal...
Un beso
danielk
Hola Gabriela!
Que grata sorpresa verte por acá!. Bienvenida!. Efectivamente el pasaje es del 81, cuando vinieron los Queen a la Argentina. ¿Cuánto tiempo hay en 28 años?. Bastante para la dimensión nuestra y poco cuando miramos las transformaciones que han ocurrido en el mundo y se expresan en los desarrollos tecnológicos. Siempre digo que me siento afortunadísimo de haber podido estar en esta época...
Un abrazo
danielk
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