¿El pasajero o la brújula?
Una de las debilidades del modelo de la educación a distancia es la falta del ingrediente empático que se despliega cada vez que alguien se para frente a un auditorio y expone. Está claro que una parte importante de la construcción de la creencia necesaria para que cada quien pueda estar ubicado en su posición en ese dispositivo (expositor y audiencia) se produce por la identificación del escuchante con el que habla, a quien le supone un saber que él no tiene, como decía Lacán.
Este video y el clima que se ha venido generando entre pasajeros de diverso origen y especialidad, conviviendo enlazados gracias a la mediación de la metáfora del tren (y toda la capacidad evocativa que ha mostrado ser capaz de incentivar en ellos) parecen indicar que estas herramientas nos están acercando a un formato reformulado del dispositivo de transferencia de conocimientos. Donde la paleta de recursos histriónicos que se despliega en el formato presencial está desplazada por otras calideces que provienen de las sorpresas, de los señalamientos presentados como regalos (y que con toda nitidez traslucen que el otro ha trabajado para encontrar eso que me me indica, lo cual aumenta su valor como ofrenda, en tiempos de tanta simulación al respecto), o de la idfentificación con recuerdos de otros, a los que en ese acto uno acepta como pares en esta nueva formulación.
Interesante tema para pelotear, ahora que tenemos blogs, ¿no?.
Como quiera que sea, mis respetos a los Señores Ferroviarios!
4 comentarios:
Chamigo Daniel, absolutamente sin desperdicios su 'aportación'. Qué cosa tan interesante este acercamiento de la máquina al cerebro, cuya metáfora -trillada si las hay- es la de 'máquina perfecta'.
Sobre todo el último punto, el impacto ineludible de la tecnología en todas las instituciones sociales, en la noción misma de la sociedad.
Tal vez compartimos la inquietud de los viejos vigías de barco al avistar nuevas tierras... ¿cómo transmitir la información?
Dice Levy:
"Me parece que el ciudadano, por su estatus, debía tener voto y hablar sobre todas estas transformaciones. La rapidez de las evoluciones contemporáneas puede ser considerada como una oportunidad de asirse." Y en verdad es este "asirse" lo que me interesa. Si debo decir algo de mí es que ENTENDER es lo que me lleva por la vida, y asumo -ombligo del mundo al fin- que casi todos quieren lo mismo (ya sé que no es así, pero...). Por eso me importa mucho el cómo se DICEN y se HACEN las cosas.
Y por eso estoy en este tren, cada vez más a gusto! Nos estamos viendo!
Hola Daniel.
Coincido en casi todo tu análisis, salvo por el hecho de pensar que el dispositivo presencial de algún modo "garantiza" la empatía. En mi historia como estudiante pocas veces lo presencial ha implicado para mí empatía, diría que la mayor parte de las veces ha sido hastío y aburrimiento. Lo que sí me ha hecho cambiar mi resistencia hacia la institución educativa ha sido la posibilidad de compartir y encontrar entre mis compañeros de curso las palabras, los intereses y los afectos desplegados en un ambiente en común. Si no hubiera sido así hubiera terminado la facultad así como terminé mi secundaria, dando libre y harta de los rituales repetitivos. Me parece que el acierto de este viaje en tren es ese, el haber permitido poner en común, vivencias, recuerdo, ganas y todo lo que nos lleva a viajar y a aprender lejos de las fórmulas y estrategias anquilosadas por el "deber ser" que suponen ciertas posturas pedagógicas. Bueno, no me extiendo más y hasta otro encuentro en el camino.
muy buen análisis, del que me voy a tomar un tiempo para comentar, pero no quería dejar de comentártelo, aunque no comente nada, solo aplauda; pero me deja pensando... y la urgencia del TP que he de entregar hoy por la noche, me impide agregar todas las palabras pensamientos que quiero comentar.
:p
Hola Diana, Sil Machado y Alvar. Gracias por dejar sus contribuciones a este fueguito.
Diana: empecé a responderte algo y decidí que mejor lo hago como un post, porque se hizo medio largo.
Besos
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